viernes, 4 de octubre de 2024

Una Aventura en Bicicleta Gravel por la costa occidental onubense

 

Juan Manuel Muñoz Lutgardo García
La mañana ya son frescas en este seco otoño cuando partimos hacia Ayamonte sin tener aún una ruta definida para la bicicleta gravel. El punto de partida fue Bellavista, casa de Juan Manuel Muñoz.  Con nuestras bicicletas listas y nuestras piernas tambien frescas, comenzamos a pedalear por carreteras y caminos de grava que serpentean a través del la costa occidental de Huelva.

La primera parte de la ruta nos llevó a través un tramo de carretera primero y carril de servicio del canal donde el aroma de los pinos y las plantas nos acompañaba, mientras pedaleábamos, las conversaciones fluían naturalmente. Hablamos de todo, desde nuestras últimas lecturas hasta los planes para el futuro. La tranquilidad del entorno y el ritmo constante de nuestras bicicletas crearon el ambiente perfecto para una buena charla.

Nuestra primera parada estaba prevista en Cartaya, esta localidad celebra en estos días su feria anual y los bares estaban cerrado, por ello, seguimos hasta Lepe donde si fue posible tomarnos un re-desayudo.

Lepe un pueblo famoso por sus chistes es un pueblo prospero y con una renta per cápita tres veces mas alta que la nacional, debido principalmente al cultivo de los frutos rojos.

De vuelta en nuestras bicicletas, nos dirigimos hacia La Redondela. El camino se volvió favorable, al pedalear en dirección a la costa.  En La Redondela visitamos el Palomar de la Huerta Noble, monumento catalogado como BIC por la Junta de Andalucía en 2004. Aquí, nos tomamos un descanso, explorando el palomar y

disfrutando de un edificio ahora en buenas condiciones de conservación, al tratarse de una propiedad privada desde aquí agradezco y muestro mi reconocimiento a los gestores y dueño de esta finca.

La la ruta nos llevó a través de las marismas de Isla Cristina y Ayamonte por La vía Verde del Litoral, un paraíso para los amantes de la naturaleza. La vía en este ultimo tramo es de de grava y si esta en condiciones ciclable, el resto es una quimera, nos dirigimos hasta el desvío que nos lleva al Molino del Pintado, Ecomuseo de un molino mareal que esta cerrado a cal y canto, es natural.. Las conversaciones se volvieron más introspectivas, reflexionando sobre la belleza del paisaje y la simplicidad de la vida en bicicleta, también sobre la inversión en un edificio magnifico que permanece cerrado desde que lo conozco, ya hace unos años.

Nuestro destino final Ayamonte, estaba cerca y como aun era temprano para comer, nos dirigimos hacia Isla Canela, y visitar la torre almenara que se encuentra a medio camino, siendo esta torre la ultima de la serie que esta repartida por la costa de Andalucía. Llegamos al restaurante La Casona que yo recomendé y que me retrotae a muy gratos recuerdos que añoro

Molino del Pintado
y que no volverían. El tiempo para retormar la marcha una vez repuestos llegó, tomamos café con unos pastelitos y acometemos el regreso añadiendo un recorrido un poco mas exigente, aunque muy llevadero, a ritmo tranquilo y simpricero que es recomendable para disfrutar de la bicicletas, el atardecer se acercaba, cuando el cielo se tiñó de cúmulos de varios colores que hacian presagiar algún chaparon. Con el corazón lleno de gratitud y las piernas en buenas condiciones, aunque los glúteos tocados por las horas soportando el roce del sillín, me sentí satisfecho, terminamos nuestra ruta con una muy buenas sensaciones para afrontar con garantías de éxito nuestro próximo viaje por el Andevalo onubense y Alentejo portugués.

VIDEO

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