Frustrado por la alegia
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Juan Manuel y Javier (Foto Pedalibero) |
El día antes de partir, comencé a sentirme mal. De inmediato, pensé que la cosa era seria, en efecto, pronto supe que era una reacción alérgica severa. Mis ojos y garganta pronto mostraron una cojestión y la respiración se volvió difícil. Esta vez tuve ayuda profesional personalizada que suplemento mi tratamiento habitual, al parecer estaba un poco desfasado, con otro que me alivio enormemente, así mismo, disminuyó enormemente la duración de la crisis.
La frustración y la tristeza me invadieron. Había invertido tanta ilusión y energía en preparar este viaje, y verlo desmoronarse en cuestión de horas fue devastador. Sin embargo, decidí que no dejaría que esta experiencia me derrotara.
Ahora, mientras escribo este relato, me siento más fuerte y más decidido a no dejar que una alergia defina mis aventuras. Ya estoy dispuesto para idear el próximo viaje en bicicleta, con la esperanza de que esta vez, nada se interponga en mi camino.
Comentario a Pedalibero (ver Blog aquí)
En las mañanas nubladas de otoño, cuando el sol apenas acaricia el horizonte, mi amigo ciclista se prepara para una nueva aventura. Su bicicleta, compañera fiel de innumerables travesías, y el entusiasmo de quien sabe que está a punto de emprender otro viaje inolvidable.
Portugal, con sus paisajes ondulantes y caminos serpenteantes, lo llama una vez más. Cada pedalada es un suspiro de libertad, cada kilómetro recorrido, una historia que contar. Los pueblos pintorescos, con sus casas de colores y calles empedradas, le ofrecen un refugio temporal, un lugar donde vivir y compartir sonrisas con su gentes.
El viento y la lluvia esta vez son sus aliados, le susurra secretos de tierras nuevas mientras él avanza, incansable, hacia el horizonte. Las colinas y los valles se convierten en su escenario, y él, en el protagonista de una epopeya personal.En cada viaje, mi amigo ciclista no solo descubre nuevos paisajes, sino que también se redescubre a sí mismo. La bicicleta no es solo su medio de transporte, sino una extensión de su ser, una herramienta que le permite conectar con la naturaleza y con su propia esencia.
Y así, con cada viaje a Portugal, mi amigo ciclista sigue tejiendo una red de recuerdos y experiencias que lo enriquecen y lo inspiran a seguir pedaleando, siempre hacia adelante, siempre en busca de la próxima aventura. L. García. Mientras pasaba una de mis crisis alégicas.
Lamenté que no fueras de la partida. Si hubieras estado en condiciones de hacerlo, este viaje cicloturista te hubiera encantado, sin duda ninguna. Quedas emplazado para el próximo, con la salud a tope 👌🏼🫂
ResponderEliminarEstaré esperando tú convocatoria, como siempre. Gracias.
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