![]() |
J.Manuel, JuanBa, Pepín, Lutgardo y Francis |
Lejos de ralentizarnos, el agua nos dio otro ritmo. El grupo se compactó y compartimos estrategias para sortear raíces ocultas, tramos de arena suelta y cruces embarrados. Cada uno encontró su papel: uno abría paso, otro cerraba y todos nos cuidábamos con esmero. Era más que una ruta: era una travesía compartida.
Y justo cuando parecía que la lluvia se iba a quedar para siempre, el sol rompió el cielo. Primero tímido, luego radiante. En cuestión de minutos, el paisaje cambió: los charcos brillaban como espejos, el aroma del monte mojado se hizo más intenso y los ánimos se renovaron. Un pequeño alto en el camino para desprendernos del chubasquero, nos sirvió para beber, reírnos de los resbalones y admirar el espectáculo natural que nos rodeaba.
La última parte del recorrido se suavizó pues transitamos por pistas algo más firmes pero un poco pesadas por la lluvia caída. Con El Rocío asomando al fondo y los cuerpos algo cansados, acometimos un último impulso. Al llegar a la aldea, cubiertos de barro pero con el alma limpia, comentamos que esta ruta no sería una más a pesar de que todavía nos quedaba el retorno a Hinojos.
"Emprendimos el regreso por el mismo entorno, aunque cada paso, ahora, parecía distinto: nunca se vuelve igual que por donde se ha ido". 📙Javier Reverte "Vagabundo en Africa"
Porque hay días que se graban en la memoria no por los
kilómetros, sino por la compañía, el paisaje y la sensación de
haber vivido algo auténtico. Ah¡ como balance del día: nueve caidas, cero lesiones y muchas risas... ¡el barro amortigua más que mi colchon!. ...en una competicion muy ajustada gane yo con 4 caidas, a solo una Francis, y a dos Pepín, JuanBa y Juan Manuel no lograron puntua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario